La palabra meditación hoy ya no es asociada, como hace algunos años, a algo misterioso o

Hay una confusión bastante grande en cuanto a meditación. Algunos piensan que expande la conciencia, otros que la reduce. Hay escuelas que indican practicar las técnicas sentados, otras acostados e inclusive ¡en movimiento! No es raro encontrar grupos que no saben muy bien cómo explicar qué hacer para alcanzar el estado de meditación y mandan simplemente a las personas a sentarse y quedarse quietas.
La palabra sánscrita que designa tanto el ejercicio como el estado de meditación es dhyána. Así se llama a la técnica que consiste en detener el flujo de pensamientos. O, más simple, parar de pensar. Podemos decir que la traducción al castellano, o al inglés (meditation) no es adecuada, ya que significa literalmente “pensar, reflexionar” (¡lo opuesto!). Pero como este término ya ha sido aceptado universalmente, lo usaremos igual.
La meditación forma parte del Yôga. Incluye técnicas precisas que vienen dando incuestionables resultados desde hace milenios. Sacarla de su contexto (es decir, practicarla separada de las otras técnicas de Yôga) no es recomendable. En el SwáSthya Yôga se realiza al final de la práctica, aprovechando la concentración de energía que las fases anteriores fueron desarrollando. En ese momento es más fácil meditar.
En el estado de meditación se busca parar de pensar para permitir que la conciencia se exprese a través de un canal más sutil, sin la interferencia del intelecto. Para esto, es necesario pasar a través de la mente, que funciona como una pesada armadura lógica que eclipsa el plano intuicional. El combustible mental es la dispersión. Las técnicas de meditación consisten en mantener la atención concentrada en un sólo objeto, eliminando ese combustible por algunos momentos.
Los grados de meditación en el SwáSthya Yôga
Dentro de la codificación del Yôga Antiguo, el último anga (parte) de la práctica se denomina samyama. En esa fase se ejecutan técnicas de concentración, meditación y se alcanzan estados más profundos de la conciencia. Consideramos tres grados de dhyána.
· Primer grado: yantra dhyána. La conciencia se estabiliza sobre un símbolo
· Segundo grado: mantra dhyána. Se ejecuta sobre un sonido
· Tercer grado: otras técnicas más profundas.
El primer grado es para iniciantes, el segundo es más utilizado por practicantes de nivel intermedio y el tercero es para alumnos avanzados.
Las técnicas
Si bien detener los pensamientos no es simple, como cualquier otra habilidad humana se puede entrenar. Recomendamos comenzar con cinco minutos por la mañana y otros cinco por la noche, diariamente. Cuando la habilidad vaya creciendo, podremos extender este tiempo hasta veinte minutos cada vez.
Sentado, en una posición firme y agradable, preferentemente con las piernas cruzadas, mantenga la espalda y la cabeza erguidas. Busque que nadie lo interrumpa durante el ejercicio. Daremos técnicas para iniciantes, yantra dhyána.
1. Visualice una vela encendida, con la llama estable. Luego de algunos momentos, cese toda descripción del objeto y estabilice su conciencia sobre la llama de esa vela.
2. Estabilice su conciencia visualizando un sol anaranjado brillando entre las cejas.
3. Utilice para meditar el yantra ÔM, símbolo universal del Yôga. Visualícelo en el entrecejo, brillando en color dorado.
Una vez elegida una de estas técnicas, varíe lo menos posible. ¡Espero sus comentarios para saber cómo le fue al aplicarlas!
Bibliografía consultada: DeRose. Tratado de Yôga. Ed. Nobel y Uni-Yôga. São Paulo. 2007.
Natalia Sanmartín Gil
natalia_sm@uni-yoga.com.ar
www.uni-yoga.com.ar
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