Este blog foi montado com o intuito de retratar experiências de professores de SwáSthya Yôga que dedicam suas vidas a praticar, ensinar e difundir esta fantástica filosofia de vida.



domingo, 22 de junho de 2008

La palavra es mantra



Extracto del libro Mantra, vibración infinita, de Yael Barcesat.


Este dictado podría ser comparado al tronco de un árbol: de él surgen muchos significados, como ramas.

Uno de ellos consiste en rescatar el valor que posee la palabra empeñada. Esto se relaciona directamente con la octava característica principal del SwáSthya Yôga, que es la lealtad inquebrantable. Por valorar esa cualidad al punto de transformarla en uno de los atributos fundamentales de un swástha, devolvemos a la palabra su presencia de testimonio. Decir lo que se hace es lo que define a las personas pragmáticas, por ejemplo a la hora de transmitir sus conocimientos. Hacer lo que se dice define a las personas leales, y requiere por un lado disciplina para cumplir aquello que tiene valor de declaración; y por otro lado, autoestudio para no decir algo que a la larga podrá constituir un compromiso no deseado.

Hace algunos años, el autor Masaru Emoto publicó un libro de fotografías microscópicas del agua sometida al estímulo de diferentes palabras. En ellas puede observarse claramente cómo la vibración sonora organiza las moléculas, formando caprichosos dibujos de una complejidad asombrosa. En varias de las fotografías el diseño del agua es llamativamente simétrico, recordando a las imágenes que suelen formarse aleatoriamente en los caleidoscopios. Sin embargo, esto no es nuevo: Shivánanda, en su libro anteriormente citado, describe el experimento realizado en público por la señora Watts Hughes, en el cual luego de exhaustivas investigaciones, expuso ante la audiencia las formas de increíble belleza y definición que producía su canto a través de un instrumento consistente en un tubo, un receptor y una membrana flexible, en la que se organizaban partículas de distintos polvos o semillas. Según Shivánanda, los sonidos son vibraciones. Hacen surgir formas definidas. Cada sonido crea una forma en el mundo invisible y las combinaciones del sonido causan formas complicadas. Regístrese el hecho de que no estamos hablando de un mantra específico, sino simplemente de palabras y notas musicales. Cabe aquí la pregunta: ¿cuál será el impacto que tienen las palabras en nuestro propio cuerpo, medio tan sensible a cualquier estímulo, y que está constituido por entre un 60 y un 75% de agua?

Según algunos Tantra shástras, textos de transmisión oral de gran antigüedad que fueron pasados al papel a partir del siglo VIII d. C., las palabras generan en nosotros un efecto similar al producido por el objeto que representan; cuando uno piensa en su hermano o hijo, el nombre de él viene instantáneamente a la cabeza; y a la inversa, cuando evocamos su nombre, simultáneamente su imagen se nos aparece. Las palabras están indisolublemente ligadas a aquello que aluden, de forma que si vocalizamos con constancia un mantra que incluye el nombre de Shiva, sin duda la imagen del arquetipo del yôgi se instalará en nosotros, y funcionará como un estímulo para la evolución.

También en este punto conviene tener presente el dictado: la palabra es mantra.



Masaru Emoto: Autor japonés que realizó estudios fotográficos sobre la reacción del agua frente a determinados estímulos a que se la somete, como sentimientos, palabras, imágenes o sonidos. Señalemos aquí que Emoto declara explícitamente preferir la creatividad de los fotógrafos al rigor experimental, motivo por el cual sólo citamos su trabajo para ilustrar la influencia de la vibración en los cuerpos (teniendo en cuenta el gran porcentaje de agua que compone el cuerpo humano).


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